Una mañana solitaria (Libre)

Aquella mañana había salido temprano, hacía tiempo que no salía y me apetecía mucho...salí sin hacer ruido, sin molestar y sin decir nada a nadie sobre que me iba o a donde me dirigía, tan solo me fui, buscando tranquilidaz. Caminé largo rato hasta llegar a St. James's Park y paseé por sus extensos caminos, observando sus estanques, llenos de cisnes, sus fuentes y sus verdes prados, además de los puestos y heladerías que allí residían. Sin embargo nadie había allí tales horas dela mañama, tan solo yo. Me senté en uno de sus modestos bancos de madera, bajo la sombra de un árbol y cerré mi parasol, para después observarlo todo, una rafaga de viento despeinó mis cabellos y azotó mi cara momentáneamente...mis ojos color cielo observaron una vez más todo cuanto les rodeaban.

Observé a una joven desconocida acercarse y saludarme así que me levanté, por respeto y saludando dije:
-Buenos días, ¿cómo está?

La miré dubitativa, con mis ojos azul cielo y le sonreí de nuevo con inocencia.
-¿Gracias a mi?, no se que puedo haber hecho, pero gracias.

Reí melodiosamente y de nuevo hablé.
-Es usted muy amable, soy Stephanie Matthews.-dije tendiéndole mi mano.

Un ligero rubor apareció en mis pálidas mejillas cuando la joven me dijo que yo era amable. Nadie solía decirme eso, y no sabía como comportarme ante los cumplidos, por lo que decidí dejar el tema y concentrarme en su presentación.

-Yo soy Diletta D'Ascoli-me presenté.
Hice caso omiso a su mano y me incliné para besarla en ambas mejillas como solía hacer con todo el mundo, aunque a algunas personas les incomodase esa actitud que consideraban infantil o excesivamente cercana.

Me sorprendí ante el gesto de la muchacha al besar mis mejillas, y sonriendo tras un instante hice lo mismo.
-Encantada de conocerla señorita D'Ascolli.-le sonreí.-¿y qué la trae por aquí a tan tempranas horas?

Me senté junto a ella de nuevo, girándome levemente para mirarla.
-¿Tiene hermanos?

Sonreí, debía querer mucho a su hermana.
-Sí, tengo dos, Dylan es el mayor, es muy responsable y guapo, sus ojos son muy azules, más oscuros que los mío, y siempre suele sonreir...siempre sabe lo que hacer, creo que por eso le admiro, si ganamos el será el próximo gobernador...-dije sonriendo mirando al suelo, pensando si aquello nos haría realmente feliz o si no sería demasiado peligroso...-También esta Caleb, mi hermano mellizo, es más alto que yo, también muy guapo y valiente, un poco cabezota pero muy amable, siempre cuida de mi...-dije hablando con suavidad, sin alzar demasiado la voz, como de costumbre, hablaba con ternura como cada vez que mencionaba a mi familia.-soy la única mujer de los tres...-reí.-Aún se preocupan bastante por mi...supongo que cuando me case todo será más fácil, ya no tendrán que preocuparse tanto, aunque primero hay que encontrar algún prometido.-reí de nuevo, pensando en que aquello último había sobrado.

Me reí.
-Pues lo cierto es que no hay demasiados esperándome, por no decir ninguno...19 años son pocos.-le sonreí.-Además muchos podrían acercarse por el legado de mi familia...

-Aunque se acerquen no me iré con ninguno de ellos...se tiene usted en muy poca estima...-le dije entristecida por sus comentarios.

-Entonces, solo tiene que mostrarlas, la gente se acercará a usted sin dudar.-le sonreí.

Me quedé levemente sorprendida.
-¿Gente...cómo yo?, ¿a qué se refiere?-le dije.

-Um, ya veo, muchas gracias, hago lo que puedo...siempre he pensado que hay que tratar a la gente lo mejor posible...así ellos te tratarán también de igual manera o parecido.-sonreí y recordé a Ethi, la cual no solía ser cordial con nadie que no fuese yo, sonreí al recordarla.