Mañana Despejada (Libre)

Era temprano por la mañana y, no habiendo actividad en la mansión de los Matthews, decidí salir a dar un paseo. Llegué, casi sin plantearmelo, al parque St. James. Era uno de mis lugares favoritos de toda la ciudad. La caminata me había agotado, así que me senté debajo de un árbol para descansar un poco. Podía oír el río cercano, a apenas unos metros más adelante. Parecía que el enorme parque estaba completamente desierto. La verdad es que estaba un poco frío. Me removí en mi pesado abrigo blanco. Una hoja, de color anaranjado, cayó del árbol y, empujada por la brisa, se quedó sobre mi pierna. La cogí con una mano y comencé a darle vueltas, un poco absorto en mis pensamientos.

Off: muchas Gracias =)

On:
No tenia permiso para salir a estas horas de la mañana, hacia mucho frio y a pesar de llevar un abrigo que calentaba bastante, notaba el frio de la mañana.
Me escape y fui caminando hasta el parque St. James. estaba bastante cansada por el paseo que habia dado y eso lo notaba al resperar, ya que lo hacia entrecortadamente, luego tendrian que venir a buscarme, siempre que me escapaba solia acabar en este parque.
A estas horas no habia nadie en el parque solo se escuchaba un susurro del agua correr por el cauce del rio. Iba caminando cuando vi a alguien en un banco, no vi quien era, ya que preferi pasar de largo y aprete el paso, aunque con el cansancio y la insuficiencia de aire habia sido un error.

OFF: No hay de qué ^^
ON:

Mientras me dedicaba a jugar con aquella hoja anaranjada, oí los pasos de alguien que pasaba con rapidez. Cuando me vio, parecía que había acelarado aún más el paso. Me pregunté por qué habría sido, así que me levanté de un salto y sacudí mis ropas antes de ir a preguntarle. Justo cuando empecé a caminar a su paso me di cuenta de que eso podría asustarla, estando todo tan vacío, así que preferí quedarme quieto y llamarle la atención. Me picaba la curiosidad.

-¿Perdona? ¿Te ocurre algo?-pregunté con voz suave, aunque se me oía perfectamente- ¿A dónde vas con tanta prisa?

"Genial" pense, habia intentado pasar desapercibida y habia logrado el efecto contario ya que el chico se habia levantado y mehabia seguido, hasta que se detuvo y me llamo, me gire para hablarle, ya que de no hacerlo seria bastante maleducada.

-Oh no- dije respondiendo apresuradamente a la pregunta de si me ocurria algo-estoy bien, gracias- añadi despues.

Iba a darme la vuelta para macharme, pero una nueva pegunta capto mi atencion y volvi a mirar al joven, antes no le habia mirado y no habia visto que era un joven bastante apuesto.- Bueno no deberia estar aqui, asi que supongo que tengo prisa porque no quiero que me encuentren- dije siendo sincera con el chico, mientras le sonreia.

Se detuvo cuando le hablé y, cuando se giró, para mirarme le dediqué una amable sonrisa, a modo de cortesía. Sus palabras eran tan apresuradas como sus pasos de antes. No pude evitar fruncir el ceño ante aquella rapidez tan agobiante. Me acerqué unos pasos, pero siempre guardando las distancias, para no ponerla muy nerviosa.

-En ese caso, ¿Qué haces aquí?-pregunté, obviamente divertido, con una pícara sonrisa dibujada en mi rostro-. La desobediencia es una cosa muy fea, la verdad.

Giré el rostro hacia un lado y me llevé una mano a la boca para toser pesadamente. El aire frío traspasaba mi ropa de abrigo y, sinceramente, no me sentaba muy bien. Maldije en silencio el día en el que la enfermedad había llamado a mi puerta. Aunque estaba recuperado, las secuelas aún hacían mella en mi cuerpo. Volví a mirarla como si no pasase nada.

-que hago aqui fuera...- repeti sus palabras practicamente en un susurro, le mire sonriendo ampliamente y de forma sincera cuando le dije- disfrutar de la libertad.

Vi como en su rostro se dibujaba una sonrisa picara antes de darme una especie de leccion de etica y moral- cuando no sales casi nunca y siempre estas entre las mismas paredes, desobedecer es un lujo- dije contestando de forma educada, el no tenia que estar siempre encerrado en casa por tener la salud delicada y no entendia que era aquello.


Vi que tosia y le mire algo preocuada, saque un pañuelo limpio del bolsillo de mi abrigo y me acerque a el para darselo, acortando la distancia que el habia dejado entre ambos, seguramente para que yo no siguiera huyendo, como habia hecho al principio.

Acepté el pañuelo que ella tan generosamente me ofracía. Se lo agradecí con una mirada mientras terminaba de toser. Susurré un "lo siento" a duras penas. Me costó un momento recuperar la sonrisa de antes, pero poco después, parecía como si no me hubiese pasado nada. Decidí seguir con la conversación de antes, para que no le diese importancia a mi salud.

-¿Desobedecer es un lujo?-arqueé una ceja, pero no hice ninguna burla-. Esa me la apunto-iba a decirle algo, pero entonces me di cuenta de que aún no sabía como se llamaba, así que decidí preguntárselo antes de nada más-. Por cierto, ¿cómo te llamas?

Acepto el pañuelo y sonrei complacida de poder ayudarle, me gustaba ayudar a las personas si podia, ya que me gustaba dar lo que queria recibir.

Vi que arqueaba una ceja repitiendo mis palabras y sonrei divertida.
Hasta que el no me pregunte el nombre no fui consciente de que yo tampoco sabia como se llamaba y era un completo desconocido para mi.

-Demetria Sullivan- dije educadamente y sonriendo- y tu eres¿? le pregunte tambien de forma educada.

No pude evitar trastabillear hacia atrás cuando ella dijo por fin su nombre. Aquello no me lo esperaba para nada. Oír ese apellido era como oír una amenaza contra mi integridad. La rivalidad entre mi familia y la suya era conocida por toda Londres, sobre todo desde que el puesto de gobernador de la ciudad había quedado vacante.

-Me llamo Caleb...-comencé a decir con cierta duda reflejada en mis palabras-...Matthews-terminé de decir, fijando los ojos en el suelo.

Me quede paralizada al escuchar el nombre del joven, deseando que su apellido no fuera Matthews, todo el mundo en londres conocia a los miembros de esa familia y yo no era una excepcion. Cuando dijo su apellido mi deseo se rompio en mil pedazos.
El joven que tenia delante era un miembro de la familia Matthews, como enemigo de la mia por asumir el puesto de gobernador de Londres.
Era enemigo de mi familia, pero no mio, ya que no compartia la postura de muchos miembros de mi familia.


-Encantada de conocerte- el que fuese un Matthew no era algo importante para mi, en el sentido que me impidiese conocerlo y ser amable, aunque no sabia si para el lo era.

Durante un momento que me pareció eterno, permitimos el sonido del río fue lo único que alteró el silencio del enorme parque. Aproveché esa pequeña pausa para pensar.

-Es extraño-dije, levantando la mirada una vez más-, que ahora no tengas ganas de seguir tu camino con más prisa que antes-era consciente de que Demetria no me trataba de manera hostil, como sería lógico en este caso-. Y también es extraño que a mi no me apetezca hacer lo mismo.

- Si siguiera al ritmo de antes, posiblemente me desmayaria un poco mas adelante- dije tosiendo por el frio que hacia y saque un pañuelo de mi bolsillo para taparme al toser, siempre llevaba un par.

- Me tienes miedo o algo parecido por ser una Sullivan¿?-le pregunte algo seria esperando saber su respuesta- siendo yo la dama deberia temerte- añadi divertida antes de que el contestase.

-Vaya par estamos hechos, pues-dije, al escucharla toser. Parecía que ninguno de los dos nos encontrábamos en nuestros mejores momentos-. De todas maneras, no tenía pensado darte motivos para correr.

No pude evitar reírme cuando me preguntó si le tenía miedo por ser una Sullivan. Mi aliento se marcaba en el aire como nubecitas que salían de mi boca.

-Oh, por supuesto que no tengo miedo-dije, una vez contenida la risa-. Si me enseñaron algo, fue a no tener miedo de la competencia. De todos modos, no creo que ninguno de los dos tenga la salud apta para ser un peligro para el otro.

-que sea una Sullivan no significa que yo sea la competencia, no me gustan los temas politicos- le dije a Caleb con una sonrisa.

- Cierto, nunca e tenido buena salud, asi que nunca e sido un peligro para nadie, mas bien e sido una carga- dije sonriendo de medio lado y encogiendo los hombros.

-Creo que los temas políticos están implicitos en nuestros apellidos, Demetria-contesté, con voz suave. En cierto modo, parte de nuestras vidas había quedado sellada al nacer. Cambié el peso de una pierna a otra, definitivamente incómodo y chasqueé la lengua-. Creo que será mejor si nos sentamos, ¿no te parece?

Comencé a caminar hacia un banco que había a uno de los lados del paseo, pero me mantuve de pie, esperando a que ella se sentase primero. Debía mantener los modales en todas las ocasiones, muy a mi pesar.

-No creo que tu familia te considere una carga-cuando dije esto, también hablaba para mí, intentando creerme mis propias palabras-. Ellos te han cuidado porque te quieren, y no les ha molestado.

-aunque este en nuestros apellidos, no es un tema de mi agrado- le dije hablando educadamente y sonriendo- Claro- asenti a la idea de sentarnos en un banco.

-Segun como lo mires, ademas quien mas me a cuidado ha sido mi hermana y los criados- aunque eso a el no le interesaba se lo dije, puesto que los criados en muchas ocasiones eran parte de la familia.

Tosí de nuevo, tapándome la boca.

-Bueno, eso ya es algo de lo que no puede presumir mucha gente, ¿no te parece?-repliqué calmadamente mientras me sentaba a su lado. Apoyé un brazo el respaldo para poder girarme un poco y verla mejor mientras hablábamos-. Cuando mi familia contrajo el cólera, yo fui uno de ellos, aunque supongo que ya lo habías notado-dibujé una sonrisa cansada en el rostro-. No estuve tan atendido como si sólo yo hubiese enfermado. Los días me parecían eternos. Ah, perdona, esto debe de estar aburriéndote.

-Bueno yo no enferme de colera- dije encogiendome de hombros asi que no sabia lo que era.

-Oh no, continua no es un tema aburrido, ademas se agradece no hablar con un familiar para variar- dije sonriendo amablamente, esperando a que siguiese hablando, no habia sufrido la enfermedad asi que era algo interesante, aunque para el fuera una maldicion.

-No hay mucho más que contar-fruncí el ceño-. Aunque estar enfermo me resultó realmente productivo. A penas salía de mi cuarto, así que me dediqué a tocar el piano en los momentos en los que mejor me encontraba-sonreí de manera inconsciente al recordar el piano de mi cuarto.

-Ya es hora de que me hables un poco de tí, Demetria.

- tocas el piano¿?- le pregunte emocionada por aquello, nunca habia tocado el piano, y aunque no entendia de ello me gustaba como sonoba.


-hablar sobre mi?- repeti algo incredula por sus palabras- mi vida no es interesante en lo mas minimo- le dije sonriendo amablemente, no consideraba que hablar de mi fuera un tema ameno.

-Sí, siempre me ha gustado. Se puede decir que he aprovechado la mayor parte de mi tiempo libre practicando, ultimamente.

-Si no quieres hablar de tí, por cualquier cosa, lo entenderé, pero-comencé a decir, cuando me dijo que suvidano era interesante-no creo que tu historia fuese a ser aburrida.

-No es por no hablar de mi, pero no es divertida, lo unico que hago es huir y leer, ademas de escribir- le dije encogiendome d hombros, no solia hacer nada mas a causa de mi problema de salud.

-sin embargo, considero el resto de quehaceres, que realizan ustedes mas interesantes- le dije sonriendo.

-¿Leer y escribir?-repetí yo, con interés- A mí eso me parece muy interesante. A mi me encanta leer, aunque la escritura no es uno de mis fuertes-señalé, mientras me pasaba una mano de manera distraída por el pelo-. ¿Sobre qué te gusta escribir? Quizá algún día tenga la suerte de leer algo firmado por tí.

-Interesantes son- dije sonriendo- me gusta mucho leer y hacer historias fantasticas, demasiado fantasticas- dije casi riendo.

-leer algo firmado por mi, cuando acabe algun libro podria dejartelo para que lo leas y me dieses tu opinion- le dije sonriendo, estaba alegre por hablar con alguien de esas cosas, que no fuera algun miembro de mi familia, ya que siempre solian hablar de politica.