¿En el puente estará la respuesta? (Libre)

No sabía como reaccionar ante tal enorme aburrimiento que se había plantado ante mí ese día tan gris. Solo supe que debía apresurarme, pues aún era temprano, y tenía tiempo de sobra para salir, divertirme, y regresar a tiempo para que mi hermana no sospechase demasiado. Además, ella estaba fuera, no la había visto, así que en cuando tuve ocasión, escapé, con el vestido arremangado para no caer, lista para cualquier contratiempo. Llegué al puente de Londres, y decidí quedarme por allí a pasear, deseando que llegase algún amigo, rebelde como yo, obviamente. Quería divertirme un rato, pero por causas que desconozco, nadie llegaba. Y sí, era tarde, era joven, iba bien vestida... ¿debía tener miedo? ¿Descubriría lo que era el miedo en ese puente? Suspiré, apoyándome en él mientras algunos carruajes solitarios lo cruzaban, seguramente dirigiéndose al palacio de Buckingham.

Observé a la chica que se acercó a mí. Aparentaba mi edad, o algo mayor, quizás. Sonreí y di una seca y lenta cabezada.

- Buenas noches - saludé, sacudíendome las manos, alejándolas de la barandilla.

- Podría preguntarte lo mismo - me dejé de educación, parecía una muchacha parecida a mí, así que no habría problema alguno, supuse. Sonreí leve al oírla reír y sacudí la cabeza ondeando mi melena rubia levemente.

Escuché lo que decía con una sonrisa en los labios. Asentí lentamente.

- Pues lo mismo, querida, todos creen que pueden hacer de mi la princesita de sus sueños, pues no - le guiñé y reí - Y amo las travesuras y las bromas -comenté, aún riendo leve.

- Bien, una paisana - bromée - Soy Bellatrix, pero llámame Bella - dije, con una sonrisa - Encantada Susan - me presenté así tranquilamente, suspiré - Sí, solo quieren conseguir ser poderosos, aunque no me quejo, es divertido - reí.

- Bien, encantada Su - reí leve, bajándome de la barandilla y plantándome frente a ella - Mi hermana no va a muchas fiestas, estuvo enferma y la tuve que cuidar... - expliqué. No sabía el apellido de la chica, y confiaba en que no fuese el que yo no podía ni nombrar en casa. Me habían enseñado a odiar a esa gente, aunque si esta chica, Su, lo era, era re simpática.

No me ofendí, al contrario, todos me decían eso, y hasta yo lo creía. Suspiré ante su pregunta. De seguro sabía la historia de mi família contra aquella que no mencionaré. Sonreí leve.

- Sé lo que pensarás, pero... bueno - me encogí de hombros - Sullivan, la família Sullivan - dije, mirando al cielo con una sonrisa ladeada.