Estaba atardeciendo, era uno de los momentos que más me gustaban del día, las luces que el sol proyectaban al esconderse los días en los que las nubes eran casi invisibles junto con la suave brisa que se proyectaba en las calles me relajaba y hacia que disfrutara un poco mas del tiempo que se mostraba ante mi con su incierto futuro.
Camine observando a la gente, me gustaba intentar adivinar lo que pensaban fijándome en sus caras, aunque a veces no lo conseguía. Llegue hasta las torres de Londres, un hermoso lugar con un puente y las profundas y hermosas aguas bajo este creando una ambiente mas tranquilo aun, me apoye mirando para las torres mientras el cielo se enrojecía y la luna se despertaba de su sueño para salir a iluminar la noche; la brisa jugaba con mi pelo y cerré los ojos disfrutando de un minuto de tranquilidad, ya que la poca gente que se aglomeraba en ese lugar no hacia demasiado ruido... el ambiente era sencillamente agradable.